Tegucigalpa – El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) ha expresado su profunda preocupación por el impacto económico de los bloqueos carreteros realizados por los afectados del caso Koriun Inversiones, advirtiendo que estas acciones están generando severas afectaciones a la economía nacional en un momento particularmente vulnerable.
Mediante un comunicado oficial, la organización empresarial detalló que las protestas han provocado «serias afectaciones a la libre circulación, interrupciones en las cadenas de suministro, pérdidas millonarias en producción y exportaciones, así como impactos negativos en el empleo y la estabilidad económica de miles de familias hondureñas».
El Cohep señaló que la obstrucción de las principales arterias viales del país no solo restringe el derecho fundamental al trabajo de los ciudadanos, sino que además compromete seriamente el clima de inversión, obstaculiza la actividad empresarial y deteriora aún más una economía nacional ya fragilizada por múltiples factores.
«Honduras no puede darse el lujo de detener su aparato productivo en medio de los grandes desafíos que ya enfrenta en materia de empleo, seguridad y desarrollo», enfatizó el organismo, subrayando la delicada situación económica que atraviesa el país centroamericano.
Aunque la cúpula empresarial manifestó su respeto al derecho constitucional a la manifestación pacífica, condenó «enérgicamente cualquier acción que vulnere los derechos de terceros o cause daños al bien común», estableciendo una clara posición respecto a las tácticas de presión empleadas por los afectados del escándalo financiero.
El comunicado también incluyó un llamado directo a las autoridades gubernamentales para que actúen «con responsabilidad, diálogo y firmeza», con el objetivo de garantizar simultáneamente el orden público, el respeto al Estado de Derecho y la protección de la actividad económica nacional.
Finalmente, el Cohep hizo una exhortación a todos los sectores involucrados para buscar soluciones consensuadas a través del diálogo constructivo, evitando acciones que, según su perspectiva, solo contribuirían a «generar más pobreza, desempleo e incertidumbre» en un contexto ya complejo.
Esta postura del sector empresarial se produce en medio de crecientes tensiones sociales generadas por el colapso de Koriun Inversiones, empresa que captó recursos de más de 35,000 hondureños y cuyo gerente, Iván Velásquez, fue recientemente detenido bajo cargos de fraude. Las protestas han ido intensificándose ante la incertidumbre sobre la recuperación de los fondos invertidos y las contradicciones entre las versiones oficiales sobre los montos realmente disponibles para su devolución.
El caso continúa develando no solo las vulnerabilidades del sistema financiero hondureño, sino también las profundas implicaciones socioeconómicas que el colapso de esquemas financieros irregulares puede tener en una economía frágil, donde muchas familias apostaron sus ahorros en busca de rendimientos extraordinarios en un contexto de limitadas oportunidades económicas.