Tegucigalpa – El general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, volvió a arremeter contra algunos medios de comunicación durante la celebración del 94 aniversario de la Fuerza Aérea Hondureña, señalándolos de pretender desunir al pueblo y desarrollar una «narrativa mediática falsa y criminal». El jerarca militar se describió como una persona común y corriente que ocupa un cargo importante por liderar una institución trascendental en la vida nacional, mientras garantizó la alternabilidad democrática para enero de 2026.
Hernández volvió a cuestionar lo que calificó como «tanta narrativa mediática falsa y criminal, al mentir y tergiversar las expresiones brindadas por mi persona en algunos medios de comunicación cuyo interés manifiesto pareciera es desunir al pueblo hondureño». El general intensificó sus críticas contra la prensa nacional en un momento donde las Fuerzas Armadas han incrementado su protagonismo público y sus declaraciones políticas.
La confrontación con los medios de comunicación se extendió al periódico oficial de las FFAA, que este mismo viernes siguió su cadena de ataques a la prensa nacional dedicando un artículo titulado «Crimen organizado, empeñado en deteriorar imagen de FFAA por golpes contra el narcotráfico». Esta publicación oficial evidencia una estrategia institucional de confrontación mediática desde la propia estructura de comunicaciones militares.
Durante la celebración del aniversario de la Fuerza Aérea Hondureña, el jefe castrense se jactó de que las FFAA tienen cerradas sus fronteras en el Atlántico a la actividad del narcotráfico. «Tenemos la presencia de nuestra fuerza Ejército, de nuestra Fuerza Naval, en toda la costa en Gracias a Dios con equipo de movilizar, con movilidad, con equipo de movilidad y en cada bocana del Litoral Atlántico para evitar que entre un gramo de cocaína y dañe a la familia hondureña», declaró con enfático orgullo institucional.
El general Hernández garantizó que las elecciones del 30 de noviembre serán limpias, transparentes, confiables y puntuales, asumiendo un papel protagónico en el proceso electoral que trasciende las funciones militares tradicionales. Su compromiso incluye garantizar el libre sufragio y la transparencia del proceso democrático en un momento de alta tensión política nacional.
En una declaración de particular relevancia política, Hernández garantizó específicamente la alternabilidad democrática prometiendo que el 27 de enero de 2026 la presidenta Castro estará entregando el poder a otro gobierno que decidirá el pueblo hondureño. «Garantizamos señora presidenta que usted estará entregando en ese ejercicio de garantizar la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia, usted estará entregando a otro gobierno que decidirá el pueblo hondureño», enfatizó dirigiéndose directamente a la mandataria.
El jefe militar reafirmó el compromiso institucional con la democracia hondureña recordando experiencias históricas traumáticas. «En el marco del deplorable momento del golpe de Estado juramos lealtad a la democracia de Honduras. No más rompimiento constitucional, no más decisiones retrógradas, no más reelecciones, no más traiciones a la patria, no más instrumentalización de las Fuerzas Armadas», declaró en un discurso que aborda directamente controversias políticas actuales.
Hernández juró públicamente lealtad al gobierno de Castro ante el pueblo hondureño, comprometiéndose a seguir cumpliendo y protegiendo las políticas públicas gubernamentales en beneficio del pueblo hondureño en el marco de la Constitución de la República. Esta declaración de lealtad política explícita marca un posicionamiento institucional claro en el actual contexto político nacional.
El general responsabilizó al crimen organizado y a la corrupción de querer desunir al pueblo hondureño, trasladando hacia actores criminales la responsabilidad por las divisiones sociales que anteriormente había atribuido a los medios de comunicación. Esta acusación sugiere una percepción militar de que fuerzas externas buscan debilitar la cohesión nacional a través de diferentes mecanismos.
Las declaraciones de Hernández durante el aniversario de la Fuerza Aérea reflejan un protagonismo militar creciente en temas que tradicionalmente corresponden al ámbito civil, incluyendo garantías electorales, alternabilidad democrática y evaluaciones sobre medios de comunicación. Su papel se extiende más allá de funciones castrenses tradicionales hacia un involucramiento directo en la arena política nacional.
La intensificación de los ataques contra medios de comunicación, combinada con garantías explícitas sobre procesos electorales y alternabilidad democrática, configura un discurso militar que busca posicionar a las Fuerzas Armadas como garantes últimos del orden democrático hondureño. Esta posición institucional genera interrogantes sobre el equilibrio de poderes y el papel militar en la democracia civil.
El compromiso público con la alternabilidad en enero de 2026, expresado directamente hacia la presidenta Castro, constituye una declaración política de primera magnitud que establece expectativas públicas sobre el comportamiento institucional militar en el proceso de transición democrática que se avecina.