30.3 C
Tegucigalpa

La IA es la nueva infraestructura del mundo que cambia la forma de trabajar, estudiar y relacionarnos

La IA no implica necesariamente la extinción del trabajo humano, sino la desaparición de tareas repetitivas y la consolidación de un nuevo valor en lo humano.

Lo más reciente

El divulgador tecnológico español, Jon Hernández, planteó que la inteligencia artificial ha dejado de ser simplemente una herramienta para convertirse en la infraestructura fundamental de la sociedad actual.

Por Infobae

Durante la tercera edición del Summit IA Human Future, celebrada en Uruguay, Hernández afirmó que el fenómeno de la IA representa una revolución comparable a los grandes hitos históricos como la electricidad y el internet, y alertó sobre el riesgo de subestimar su impacto transformador.

El especialista advirtió que la IA ya está cambiando radicalmente los modos de trabajar, aprender, producir y relacionarse. En tanto, afirmó que la magnitud del cambio se asemeja al descubrimiento del fuego y que su verdadero alcance todavía es poco comprendido.

En ese sentido, continuó, seguir aplicando conceptos tradicionales, resulta insuficiente para abordar los desafíos que plantea una nueva realidad impulsada por la inteligencia artificial, y sentenció que quienes no comprendan este cambio quedarán rezagados en la evolución social y profesional.

El nuevo “superpoder silencioso” del mundo digital
A lo largo de una presentación estructurada en cinco ejes, Jon Hernández describió la inteligencia artificial como un “superpoder silencioso” que se infiltra en todos los ámbitos sin ser visible, pero transformando el entorno por completo.

Comparó su efecto al de un aire acondicionado: invisible a simple vista, pero capaz de modificar todas las dinámicas que le rodean. Por tanto, ya no basta con habilidades técnicas como la programación; el reto radica en comprender el sentido y el impacto de las decisiones tomadas a través de estas tecnologías.

De acuerdo con su análisis, la IA no implica necesariamente la extinción del trabajo humano, sino la desaparición de tareas repetitivas y la consolidación de un nuevo valor en lo humano, centrado en la creatividad, la ética y las emociones. Advirtió que los líderes que no adapten su pensamiento y su capacidad de decisión a este nuevo ecosistema digital perderán relevancia. Asimismo, criticó los sistemas educativos que insisten en enseñar destrezas vinculadas a realidades superadas, ya que considera urgente que los niños aprendan a pensar con inteligencia artificial y no simplemente a escribir con lápiz.

Ética, eficiencia y el futuro del trabajo
En su intervención, Hernández desafió los conceptos tradicionales que equiparan la inteligencia artificial únicamente a la eficiencia, y alertó sobre el riesgo de alcanzar resultados eficientes sin un marco ético adecuado, lo que podría llevar a consecuencias negativas. Subrayó la necesidad de cuestionar no solo las formas de adopción de la IA en la vida personal e institucional, sino también los motivos y contextos en los que se decide emplearla.

Explicó que los sistemas de IA se desarrollan a partir de datos y decisiones humanas, por lo que arrastran los sesgos y errores existentes. Planteó que esperar que la IA resulte automáticamente más justa que los propios humanos es una expectativa ingenua, por lo que defendió la responsabilidad ética en el diseño y uso de estas tecnologías.

Sobre el futuro laboral, enfatizó que el empleo no desaparecerá, pero sí lo harán las tareas rutinarias que actualmente lo conforman. Destacó la importancia de adaptar la educación y la formación para desarrollar capacidades creativas y éticas.

spot_img

        

       

Destacados

Honduras confirma brote de COVID-19 en medio de alerta mundial por nueva variante NB.1.8.1

El panorama mundial del COVID-19 se encuentra nuevamente en una fase de incremento preocupante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una nueva advertencia sobre un incremento significativo en los casos de COVID-19 a nivel global, con una tasa de positividad en las pruebas que ha alcanzado el 11% en 73 países, un nivel que no se observaba desde julio de 2024.

Noticias relacionados