Tegucigalpa – Una transformación radical en la recuperación de carteras vencidas ha experimentado el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa) durante la actual administración, logrando recuperar más de 1,062 millones de lempiras en deudas morosas que se arrastraban desde 2016, según reveló su gerente Erlyn Menjívar.
La cifra representa un hito significativo para la institución financiera estatal, que enfrentó una crisis severa cuando Menjívar asumió el cargo en marzo de 2022, momento en que anunció la necesidad de realizar una auditoría forense para conocer «dónde se fue el dinero y a quién se le realizaron préstamos».
El funcionario detalló que al inicio de su gestión la mora alcanzaba niveles críticos, con un 84% de productores que no cumplían con el pago de sus obligaciones crediticias. Esta situación comprometía seriamente la capacidad operativa del banco y su misión de apoyar al sector agrícola nacional.
La estrategia implementada por la administración actual se basó en el diálogo directo con los productores deudores, buscando soluciones negociadas que permitieran tanto la recuperación de los recursos como la continuidad del apoyo crediticio al campo hondureño. Este enfoque de negociación resultó más efectivo que las medidas coercitivas tradicionales.
Como resultado de estas gestiones, la morosidad se redujo sustancialmente hasta alcanzar el 44% actual, lo que representa una mejora del 40% en la recuperación de cartera. Esta transformación ha permitido al banco mantener su operatividad y continuar otorgando nuevos créditos al sector productivo.
Menjívar explicó que el proceso de recuperación involucró la firma de convenios específicos con cada productor, estableciendo planes de pago adaptados a sus capacidades financieras mientras se mantenía el acceso a nuevos financiamientos. La mayoría de los beneficiarios respondieron positivamente a esta propuesta y han cumplido con sus compromisos de pago.
Sin embargo, la gestión no ha estado exenta de desafíos. El gerente reconoció que existe un grupo de productores que, pese a haber aceptado inicialmente los convenios de pago y continuar recibiendo apoyo crediticio de la institución, adoptaron posteriormente una actitud de incumplimiento deliberado.
Para estos casos específicos, la administración del banco ha decidido endurecer su posición. Menjívar advirtió que Banadesa recurrirá a la vía administrativa judicial como «última instancia» para recuperar los recursos comprometidos con aquellos deudores que persistan en su negativa a cumplir con las obligaciones pactadas.
Esta transformación en Banadesa se enmarca en una estrategia más amplia de reactivación del sector agrícola. Durante la actual administración se han otorgado 17,600 créditos por un valor de 5,300 millones de lempiras, una cantidad que según Menjívar es «histórica, nunca vista en Banadesa», mientras que para 2025 el banco cuenta con más de 4,000 millones de lempiras disponibles en fondos.
La institución ha reactivado 30 agencias a nivel nacional para «llevar el banco a los productores» y ofrece créditos con tasas preferenciales, incluyendo una tasa anual de apenas 2.5% para la producción de granos básicos como maíz, frijol y papa.
El éxito en la recuperación de cartera morosa no solo representa un logro administrativo, sino que resulta fundamental para la sostenibilidad de Banadesa como institución de desarrollo agrícola. Los recursos recuperados fortalecen la capacidad del banco para continuar apoyando a los productores hondureños y contribuir a la seguridad alimentaria del país.
La experiencia de Banadesa bajo la gestión de Menjívar demuestra que las estrategias basadas en el diálogo y la negociación pueden ser más efectivas que los enfoques punitivos tradicionales para la recuperación de carteras problemáticas, siempre que se mantenga firmeza ante los casos de incumplimiento deliberado.