Tegucigalpa – La novena edición de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), celebrada en Tegucigalpa, culminó con un amplio consenso sobre la declaración final, según informó el canciller hondureño Enrique Reina.
«Contamos con el consenso suficiente de 30 de los estados participantes, a excepción de tres, de adoptar la declaración de Tegucigalpa», manifestó Reina al término del encuentro internacional que reunió a representantes de 31 naciones de la región.
Las tres naciones que decidieron no respaldar el documento final fueron Paraguay, que manifestó abiertamente su oposición durante la cumbre, junto con Argentina y Nicaragua.
Según lo explicado por el canciller hondureño, cada uno de estos países expondrá sus razones para no suscribir la declaratoria una vez concluida la Presidencia Pro Tempore ejercida por la mandataria hondureña Xiomara Castro.
El documento aprobado por la mayoría de los miembros refleja varios compromisos fundamentales. En primer lugar, los firmantes reafirmaron su voluntad de fortalecer la CELAC como mecanismo de concertación política que integra a todos los países de la región latinoamericana y caribeña.
Asimismo, la declaración destaca la importancia de mantener a América Latina y el Caribe como una zona de paz, promoviendo el respeto a los principios fundacionales de la CELAC y rechazando cualquier forma de injerencia externa.
En este sentido, los países expresaron su rechazo a la imposición de medidas coercitivas y unilaterales que contravengan el derecho internacional, especialmente aquellas que establecen restricciones al comercio internacional.
Un punto destacado de la declaratoria es el llamado a que un representante latinoamericano o caribeño ocupe la secretaría general de la Organización de las Naciones Unidas, recordando que históricamente solo un representante de estas regiones ha ocupado dicho cargo.
Entre otros temas abordados, los 30 países firmantes acordaron también expresar su respaldo a la estabilidad de Haití, nación que atraviesa una profunda crisis política y social.
La aprobación de esta declaración por amplia mayoría demuestra la capacidad de consenso regional en temas fundamentales, a pesar de las diferencias políticas e ideológicas existentes entre los diversos gobiernos del continente.