Tegucigalpa – El escritor y periodista hondureño Oscar Estrada lanzó una dura reflexión sobre las recientes declaraciones del general Roosevelt Hernández, jefe de las Fuerzas Armadas, quien afirmó que la institución militar es «un instrumento del poder político», advirtiendo sobre los peligros históricos de este tipo de posturas en América Latina.
En una reflexión publicada este sábado, Estrada, autor del controvertido libro «Tierra de Narcos: Cómo las mafias se apropiaron de Honduras», calificó la frase del general como «obediente, pero peligrosa», señalando que aunque en democracia los militares deben estar subordinados al poder civil, esto no los exime de responsabilidad cuando cometen abusos.
«Eso no significa que estén exentos de responsabilidad cuando cometen abusos, aunque digan que solo estaban ‘cumpliendo órdenes'», enfatizó el escritor, estableciendo un paralelo con episodios históricos tanto en Honduras como en otros países de la región.
Precedentes históricos preocupantes
Estrada recordó que esta actitud ya se manifestó en el pasado hondureño, específicamente durante el golpe de Estado de 2009, cuando «el alto mando militar expulsó a un presidente en pijamas y ahora uno de esos generales —Romeo Vásquez— enfrenta cargos por homicidio y abuso de poder». Esta referencia directa al derrocamiento del expresidente Manuel Zelaya ilustra las consecuencias de aplicar sin cuestionamientos el argumento de la obediencia ciega.
El análisis del autor de «Tierra de Narcos» se extiende más allá de las fronteras hondureñas, citando casos emblemáticos en países como Argentina, Chile y Colombia, «donde la excusa de la obediencia terminó en juicios históricos contra generales que actuaron ‘por órdenes superiores'».
Marco constitucional vs interpretación militar
El escritor y guionista hondureño, nacido en San Pedro Sula en 1974, subrayó una distinción fundamental en su crítica: «La Constitución hondureña no dice que las Fuerzas Armadas pueden hacer lo que les manden. Dice que deben proteger el orden constitucional». Esta interpretación choca directamente con las declaraciones del general Hernández, quien en una entrevista con el canal Une TV afirmó: «Las Fuerzas Armadas son un instrumento de poder, es una institución, y es el poder político quien comanda».
Estrada enfatizó que cuando el orden constitucional se rompe, «por más que la orden venga del presidente, del Congreso o de quien sea, los responsables tienen nombre y grado», rechazando categóricamente la idea de que la cadena de mando pueda servir como escudo legal ante acciones inconstitucionales.
Reacciones del sector militar y político
Las declaraciones del general Hernández han generado un amplio rechazo en diversos sectores. El analista Leonel Núñez, egresado del Colegio de Defensa, expresó su malestar: «Menos mal que en diciembre ya se va porque es una vergüenza para una institución tan histórica como las Fuerzas Armadas». Por su parte, el general en condición de retiro Isaías Barahona se mostró «asombrado» por lo que calificó como «una interpretación politizada, con sesgo del artículo 272 Constitucional».
Estas críticas se suman a un historial controversial del general Hernández, quien en octubre de 2024 protagonizó un polémico incidente al desenfundar su arma de fuego y apuntar a la Constitución durante una reunión con empleados de las Fuerzas Armadas, generando sorpresa y desconcierto entre los presentes.
Trayectoria del crítico
Oscar Estrada, fundador de Casasola Editores, se ha posicionado como una voz crítica del establishment hondureño a través de sus investigaciones periodísticas. Su obra «Tierra de Narcos», considerada «la más impactante y controversial investigación periodística de los últimos veinte años en Honduras», expone la infiltración del narcotráfico en las instituciones estatales y ha sido reeditada por la editorial internacional Penguin Random House.
Como periodista, Estrada ha cubierto desde Nueva York los juicios por narcotráfico del expresidente Juan Orlando Hernández y otros funcionarios hondureños, consolidándose como un experto en la intersección entre poder político y crimen organizado en Centroamérica.
Advertencia sobre responsabilidad institucional
En sus conclusiones, Estrada advirtió que «decir que son solo un instrumento es una forma elegante de evadir esa responsabilidad», señalando que la historia reciente demuestra que «esa coartada no funciona. Y no debería de funcionar».
La reflexión del escritor cobra especial relevancia en un momento donde Honduras se prepara para elecciones generales en noviembre, y donde las Fuerzas Armadas tendrán un papel crucial en garantizar la seguridad del proceso electoral. Las declaraciones del general Hernández y las críticas que han generado plantean interrogantes sobre el rol que la institución militar jugará en el proceso democrático y su interpretación del mandato constitucional.
Esta controversia se suma a las tensiones existentes entre las Fuerzas Armadas y el Consejo Nacional Electoral, que ya habían protagonizado disputas durante las elecciones primarias de marzo, cuando surgieron cuestionamientos sobre responsabilidades en los retrasos logísticos que afectaron la jornada electoral.