Tegucigalpa – La comunidad hondureña en Estados Unidos enfrenta una crisis migratoria inminente con la proximidad del vencimiento del Estatus de Protección Temporal (TPS), programado para el 5 de julio de 2025, sin que hasta la fecha exista una respuesta clara del gobierno estadounidense sobre su renovación o extensión.
Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de septiembre, expresó su profunda preocupación por lo que califica como un «estado de emergencia» para los inmigrantes hondureños, enfatizando la urgencia de que las autoridades estadounidenses implementen mecanismos efectivos de protección para esta población vulnerable.
«Entendamos esto, estamos en un estado de emergencia los inmigrantes en Estados Unidos, yo le he hecho saber al gobierno de EEUU que tiene que buscar un mecanismo y una estrategia para reforzar la red consular ahora mismo», declaró Flores, subrayando la gravedad de la situación que enfrentan sus connacionales.
Dimensiones de la crisis migratoria
La magnitud del problema se refleja en las cifras proporcionadas por el líder migrante: actualmente hay «más de 150 centros de detención en EEUU, en más de 40 estados» donde se encuentran «alrededor de 5 mil hondureños detenidos», evidenciando el alcance nacional de la crisis migratoria que afecta a la comunidad hondureña.
Flores cuestionó la capacidad real del sistema consular hondureño para responder a esta emergencia, preguntándose «si de verdad tiene capacidad la red consular con los 14 o 18 consulados que se tienen para atender a 2 millones de hondureños en estado de emergencia».
Esta disparidad entre recursos consulares disponibles y población necesitada de asistencia evidencia una brecha estructural que compromete la protección efectiva de los derechos de los migrantes hondureños en territorio estadounidense.
Fallas históricas en asistencia consular
El presidente de la Fundación 15 de septiembre señaló que los problemas actuales no son nuevos, sino que representan la continuación de deficiencias estructurales que han persistido a través de diferentes administraciones. «Aquí las deportaciones no paran, ni los problemas con la asistencia consular, este ha sido un mal que ha venido por décadas, el tema de la red consular fallida, incluso en la administración del expresidente Juan Orlando Hernández», sentenció.
Esta caracterización histórica del problema sugiere que las deficiencias en la protección consular trascienden cambios de gobierno y requieren reformas estructurales profundas para ser efectivamente resueltas.
Las consecuencias de estas fallas son inmediatas y graves para los migrantes afectados. Flores explicó que «miles de hondureños en Estados Unidos al no tener asistencia consular, son inmediatamente puestos en deportación, firman una deportación y ya quedan expuestos a regresar a Honduras».
Vacío de comunicación institucional
Una de las preocupaciones más urgentes expresadas por Flores se refiere a la ausencia de comunicación directa con las autoridades hondureñas en un momento crítico para la comunidad migrante. El líder cuestionó la falta de claridad sobre el futuro del TPS y la ausencia de representación diplomática de alto nivel.
«A mí me gustaría que el canciller nos diga realmente si va a haber TPS o no, y que nos diga porqué se movió de la embajada, sabiendo que necesitamos en un momento crucial tener un embajador», declaró Flores, evidenciando la frustración por la falta de comunicación oficial en circunstancias tan delicadas.
Esta ausencia de un embajador durante un período crítico para las negociaciones sobre el TPS plantea interrogantes sobre las prioridades diplomáticas del gobierno hondureño y su capacidad para proteger efectivamente a sus ciudadanos en el exterior.
Impacto del vencimiento del TPS
El Estatus de Protección Temporal ha sido fundamental para permitir que cientos de miles de hondureños permanezcan legalmente en Estados Unidos tras desastres naturales y crisis políticas en su país de origen. Su vencimiento sin renovación podría exponer a esta población a deportaciones masivas.
La incertidumbre sobre la renovación del TPS genera ansiedad y vulnerabilidad en la comunidad hondureña, que ha construido sus vidas en Estados Unidos bajo la protección de este estatus temporal. Sin una extensión, estos migrantes podrían enfrentar la separación familiar y el retorno forzoso a un país que aún enfrenta desafíos significativos en términos de seguridad y oportunidades económicas.
Llamado a acción gubernamental
Flores ha hecho un llamado urgente tanto al gobierno estadounidense como al hondureño para que aborden esta crisis de manera coordinada y efectiva. Su exigencia de «reforzar la red consular ahora mismo» refleja la necesidad inmediata de expandir los servicios de protección para los hondureños en situación de vulnerabilidad.
El líder migrante espera que «se corrija» el mecanismo fallido de asistencia consular, pero reconoce que esto requiere voluntad política y recursos significativos por parte del gobierno hondureño para modernizar y expandir sus servicios consulares en Estados Unidos.
La situación actual representa un test crucial para la capacidad del gobierno hondureño de proteger a sus ciudadanos en el exterior y mantener relaciones diplomáticas efectivas con Estados Unidos en temas migratorios críticos para ambos países.