Tegucigalpa – La controversia entre el gobierno hondureño y la embajada francesa ha escalado luego que una fuente diplomática europea contradijera frontalmente la narrativa oficial presentada por la secretaria de Salud, Carla Paredes, respecto al rechazado préstamo de 39 millones de euros destinado a infraestructura quirúrgica especializada.
«La ministra no está en lo correcto», declaró la fuente cercana a la representación diplomática francesa, refiriéndose específicamente a las afirmaciones de Paredes sobre supuestos condicionamientos impuestos por el país europeo que habrían motivado el rechazo de la oferta.
La raíz del desacuerdo radica en el origen y planificación del proyecto. Mientras la funcionaria hondureña había sugerido imposiciones externas, la versión francesa detalla un proceso colaborativo iniciado en 2023 por la empresa Solution Project Santé Health Care Provider (FSE), que realizó estudios diagnósticos en los hospitales Escuela de Tegucigalpa y Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula.
«Es FSE quien hizo todo el trabajo durante un año y medio», puntualizó la fuente, destacando el considerable tiempo invertido en la fase preparatoria del proyecto que contemplaba la construcción de salas para trasplantes renales en ambos centros hospitalarios.
Un punto particularmente sensible de la discrepancia concierne al mecanismo formal de rechazo. La embajada señala que todavía no ha recibido una comunicación oficial declinando la propuesta: «Si Sesal nos responde formalmente que no está interesada con la propuesta de FSE, sacamos las conclusiones», explicó, añadiendo que «es importante respetar las formas porque el préstamo pasa por un acuerdo binacional».
Las condiciones financieras del ofrecimiento francés resultan notables por su carácter favorable: incluían un componente de donación directa del 35% del monto total, mientras que el restante 65% se estructuraba como préstamo con apenas 0.658% de interés anual y dos décadas para su amortización, características sustancialmente más ventajosas que las disponibles en el mercado internacional actual.
Contrariamente a la visión diplomática, Paredes ha insistido en que las conversaciones nunca alcanzaron un nivel formal: «No había nada formal» y «jamás llegó al Congreso Nacional», ha declarado en entrevistas, manteniendo que el rechazo se fundamentó en que el acuerdo «no llenaba las expectativas del país».
Este episodio genera inquietudes sobre los criterios empleados para evaluar propuestas de cooperación internacional en momentos críticos para el sistema sanitario hondureño, especialmente considerando la creciente demanda de intervenciones renales especializadas y las conocidas limitaciones de infraestructura hospitalaria que enfrenta el país centroamericano.
La situación pone de relieve no solo diferencias en la interpretación de los hechos, sino también cuestiones más amplias sobre transparencia en la toma de decisiones que afectan la modernización del sistema de salud pública y el acceso a tratamientos especializados para la población hondureña.