Tegucigalpa – El general en condición de retiro Luis Alonso Maldonado Galeas anticipó la salida inminente del actual jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, tras revelar que las Fuerzas Armadas atraviesan una «tensión silenciosa» debido a las posturas políticas del alto mando que contradicen los principios constitucionales de la institución.
«Mañana ya no va a estar ahí», declaró categóricamente Maldonado Galeas durante un foro televisivo, refiriéndose al futuro del general Roosevelt Hernández. El oficial retirado agregó que «de repente nos vamos a encontrar como oficial retirado», aunque expresó dudas sobre si el actual jefe castrense tendrá «la voluntad y la ética militar para rendirme el saludo, por ser su antiguo».
La revelación más preocupante del general retirado se centra en el clima interno que prevalece actualmente en las Fuerzas Armadas. «Los subalternos hablan con él, y esto no es un silencio sepulcral por el hecho de la subordinación.
Las Fuerzas Armadas ahorita están en una tensión silenciosa y es bueno también prevenir que al interior de las Fuerzas Armadas no suceda algo que vuelva a dar un evento que pase a la historia como algo que afectó más a las Fuerzas Armadas», advirtió Maldonado.
Las declaraciones surgen como respuesta a los señalamientos personales que le hizo el jefe de las FFAA, quien lo calificó como un oficial «frustrado» tras las demandas de destitución formuladas por la organización «Defensores de Honduras», de la cual Maldonado forma parte junto a otros sectores de la sociedad civil.
El general retirado fundamentó las críticas contra Roosevelt Hernández enumerando específicos indicadores de politización institucional. «Hay indicadores de politización a las Fuerzas Armadas por el jefe del Estado Mayor conjunto», confirmó, citando «acciones que han implicado omisión o negligencia en el manejo de la misión constitucional durante las elecciones primarias el 9 de marzo».
Maldonado también denunció «amenazas a la prensa y alguna confrontación directa con algunos directores de medios y periodistas», así como «declaraciones que se salen de las facultades del jefe del Estado Mayor conjunto y entran en otro ámbito de actuación política».
El problema central, según el análisis del oficial retirado, radica en que Roosevelt Hernández presenta a las FFAA como «instrumentos del poder político» sin establecer diferencias o excepciones que respeten la apoliticidad constitucional. «Cuando el discurso militar tiene connotación política, entonces entra eso, que es la contradicción con lo que manda la Constitución», explicó.
Maldonado citó como ejemplo específico los comentarios del general Roosevelt sobre la Ley de Justicia Tributaria durante un discurso militar. «Ese detalle politizado sobre una política que está en curso en el ámbito de la economía para darle una razón desde una visión militar, es politización del discurso político, por lo tanto, hay una afectación constitucional», señaló.
El general retirado defendió la legitimidad de solicitar la renuncia de Roosevelt Hernández como «un bien institucional» y «una acción vinculada con el respeto a la Constitución de la República». Argumentó que dentro de la ética militar estadounidense que estudió, «lo último es la renuncia» cuando existe un conflicto de intereses éticos, pero que las circunstancias actuales justifican esta medida extrema.
Maldonado concluyó reflexionando sobre el peligro que representa la vinculación político-militar para la democracia, advirtiendo que «los militares son la peor pesadilla para la democracia como institución» cuando se vinculan inapropiadamente con las élites políticas.