La Lima, Cortés – La transformación del sector energético hondureño alcanza un nuevo hito con la entrada en operación de infraestructura crítica que promete estabilizar el suministro eléctrico en una de las zonas más productivas del país.
La presidenta Xiomara Castro inauguró este miércoles una subestación eléctrica en Santa Marta, La Lima, que con capacidad de generación de 20 megavatios beneficiará directamente a más de 22 mil familias mientras dinamiza las posibilidades de desarrollo económico regional.
La modalidad de financiamiento adoptada para esta obra representa una estrategia gubernamental innovadora que permite acelerar proyectos sin comprometer recursos fiscales inmediatos.
La subestación, entregada por «el gobierno del socialismo democrático bajo la modalidad de arrendamiento» con inversión de 13 millones 200 mil dólares, busca «mitigar el déficit de generación en la zona de La Lima y alrededores», mientras habilitará «la conexión de nuevos proyectos en distintos sectores a la red de distribución de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) para generar empleos y dinamizar la economía».

El titular de la ENEE, Erick Tejada, caracterizó la inversión energética en el Valle de Sula como «histórica» al confirmar que «se han inyectado más de 5 mil millones de lempiras» en proyectos de la región. Esta magnitud de recursos evidencia la priorización gubernamental del sector energético como motor de desarrollo económico y mejoramiento de calidad de vida para millones de hondureños que históricamente han padecido interrupciones constantes del servicio eléctrico.
La estrategia energética gubernamental se sustenta en un marco de planificación a mediano plazo que garantiza continuidad de inversiones más allá del período electoral.
Tejada reveló que «desde el 2022 en el contexto macro fiscal se destinaron 25 mil millones de lempiras para cuatro años en el sector energía con especial énfasis en el subsector eléctrico», estableciendo un cronograma de inversiones que trasciende ciclos políticos para abordar déficits estructurales del sistema energético nacional.

Los resultados concretos de esta estrategia se manifiestan en la ampliación significativa de la capacidad instalada nacional mediante proyectos diversificados. La inversión ha permitido «la ampliación de siete subestaciones y el arrendamiento de otras nueve más, que han logrado eliminar interrupciones en diferentes sitios del país», según detalló Tejada, evidenciando una aproximación integral que combina ampliación de infraestructura propia con aprovechamiento de capacidad privada.
La distribución financiera de estos proyectos revela una estrategia equilibrada entre inversión directa e instrumental de arrendamiento. «La inversión ronda, solo en estas siete subestaciones, alrededor de 1,100 millones de lempiras», explicó el funcionario, mientras precisó que «en las centrales bajo la modalidad de arrendamiento la inversión oscila en 1,120 millones de lempiras».
Esta paridad de montos entre ambas modalidades sugiere una diversificación deliberada de riesgos y una maximización de recursos disponibles para acelerar la modernización del sistema energético hondureño que requería intervención urgente después de décadas de subinversión.