Tegucigalpa – La crisis migratoria de niños y niñas hondureños sigue siendo alarmante según cifras reveladas por Casa Alianza Honduras. De acuerdo con Ricardo Coello, director de esta organización de protección infantil, durante los primeros meses de 2025 ya suman 1,388 los menores que han sido retornados desde Estados Unidos.
«Realmente esta situación migratoria para los niños y las niñas sigue siendo lastimosamente una constante, vemos como año tras año, miles de niños son retornados al país», explicó Coello, quien manifestó su preocupación por el destino de estos menores al regresar a Honduras.
El director de Casa Alianza alertó que muchos de estos niños deportados podrían sumarse a las estadísticas de jóvenes que ni estudian ni trabajan, o peor aún, quedar vulnerables ante el reclutamiento del crimen organizado, perpetuando así círculos de violencia y exclusión social.
Un aspecto particularmente preocupante resaltado por Coello es el impacto psicológico y emocional que experimenta esta población infantil. «No se sabe cuál es el trauma que han vivido estos niños en la ruta migratoria y luego tener que volver a adaptarse al entorno del cual salieron, o el estigma que pueda existir en la comunidad», señaló.
El especialista también denunció las barreras que enfrentan los menores retornados para reintegrarse al sistema educativo hondureño. Según explicó, la mayoría regresa en períodos donde los centros educativos ya han cerrado sus procesos formales de matrícula, encontrándose con resistencia por parte de directores de escuelas y colegios para permitir su incorporación a las aulas.
«Hay mucha resistencia de parte de los directores de las escuelas y colegios para que se integren al sistema educativo, luego de ese periodo formal de matrícula», puntualizó Coello, evidenciando cómo el propio sistema educativo se convierte en un factor adicional de exclusión para estos menores.
El director de Casa Alianza enfatizó que esta problemática continuará mientras no se aborden sus causas estructurales: «Nuestro país sigue enfrentando esta situación y lo seguirá haciendo mientras no se tomen las medidas que puedan dar respuesta a la situación de seguridad y de acceso a la educación, oportunidades socioeconómicas y salud».
La cifra de 1,388 menores deportados en lo que va del año refleja que, a pesar de los riesgos ampliamente documentados de la ruta migratoria -que incluyen abusos, secuestros, tráfico de personas y hasta la muerte-, las familias hondureñas continúan viendo en la migración irregular una alternativa ante la falta de oportunidades y la inseguridad imperante en diversas regiones del país.
Organizaciones como Casa Alianza continúan abogando por políticas públicas integrales que no solo atiendan la situación de los retornados, sino que generen condiciones que desalienten la migración forzada de niños, niñas y adolescentes hondureños.