Tegucigalpa – El Ministerio Público informó este sábado sobre la captura de Gustavo Flores Carbajal, administrador de la sucursal de Koriun Inversiones en la ciudad de Choluteca, quien enfrenta cargos por el delito de lavado de activos en el marco de las investigaciones sobre la financiera no regulada que ha afectado a miles de hondureños.
Según el requerimiento fiscal presentado por las autoridades, Flores Carbajal manejó de «manera antojadiza» un total de 52 millones 482 mil 170.32 lempiras en sus cuentas personales, fondos que corresponden directamente a los aportes realizados por las personas que confiaron sus ahorros a esta empresa que operaba sin supervisión de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS).
La captura de Gustavo Flores Carbajal representa un avance significativo en las investigaciones judiciales, convirtiéndose en la cuarta persona imputada por este complejo proceso legal que ha sacudido al sistema financiero informal hondureño. Anteriormente, las autoridades habían procedido contra el gerente Iván Velásquez, su esposa Kefi Esmeralda Gavarrete Sánchez y un empleado identificado como Marco Abel Villeda Galdámez.
Koriun Inversiones operó como una empresa no regulada durante siete años consecutivos, funcionando ante la vista y paciencia de las autoridades competentes sin contar con la supervisión correspondiente de los organismos reguladores del sistema financiero nacional. Esta situación permitió que la empresa expandiera sus operaciones a múltiples regiones del país sin el control adecuado.
La financiera estableció sucursales y operaciones en diversas ciudades estratégicas, incluyendo Choloma, Choluteca y extendiéndose a los departamentos de Copán, Santa Bárbara, Olancho y El Paraíso, captando recursos de miles de familias hondureñas que buscaban alternativas de inversión para sus ahorros.
Las investigaciones del Ministerio Público han confirmado las sospechas sobre la naturaleza fraudulenta de las operaciones de Koriun Inversiones. La Fiscalía ha reiterado públicamente que se trata de una estafa piramidal, confirmando que la compañía operaba de forma completamente ilegal y que no existen registros contables confiables de sus accionistas que puedan garantizar la devolución de los recursos a todos los aportantes afectados.
Esta situación ha generado una crisis social significativa, particularmente en zonas como Choloma, donde miles de personas han perdido sus ahorros y continúan demandando respuestas y soluciones por parte del gobierno.
La falta de regulación y supervisión adecuada durante los siete años de operación de Koriun evidencia las debilidades del sistema de control financiero hondureño y plantea interrogantes sobre los mecanismos de prevención de este tipo de esquemas fraudulentos que afectan principalmente a sectores de la población con limitado acceso al sistema financiero formal.