Tegucigalpa – La presidenta Xiomara Castro expresó su indignación por la forma en que los medios de comunicación hondureños dan cobertura a los mensajes emitidos por el general en condición de retiro Romeo Vásquez Velásquez, actualmente prófugo de la justicia por su presunta vinculación con el homicidio del joven Isy Obed Murillo durante las protestas posteriores al golpe de Estado de 2009.
«Hoy vemos a un general señalado por un crimen que se cometió en el golpe de Estado, hoy es prófugo, pero fíjense que es prófugo de la justicia y los medios le cubren los mensajes que envía», manifestó Castro visiblemente molesta durante la inauguración de una cancha de fútbol con grama sintética en la colonia Divanna de Tegucigalpa.
La mandataria denunció lo que considera un contraste en el tratamiento mediático, señalando que cuando su gobierno intenta exponer su versión de los hechos a través del libro «Golpe 28-J», es calificado como «sacrilegio».
«Fíjense cómo distorsionan la mente de la sociedad y sus valores, porque cuando hablamos de lo que vivimos, de lo que nos costó a nosotros el crimen más grande que se ha cometido en estos últimos años que fue el golpe de Estado, hoy levantan la voz y dicen que no lean», criticó.
En otro tema destacado de su intervención, la presidenta abordó la reciente alerta de seguridad emitida por la Embajada de Estados Unidos sobre posibles ataques armados en Tegucigalpa, mostrándose sorprendida por el comunicado.
«No es posible que a través de mensajes que se den en las redes sociales se manden avisos como el de ayer que envió la embajada de Estados Unidos diciendo que había peligro, generando en nuestro país zozobra por un mensaje que salió en una red social, hay que ser más formales en ese sentido», señaló.
Castro fue enfática al declarar: «En Honduras vivimos en paz, aquí no hay terrorismo», en lo que parece ser un mensaje directo hacia Washington.
Adicionalmente, la mandataria reiteró su compromiso con el proceso electoral previsto para el 30 de noviembre, garantizando que se realizarán «elecciones limpias, libres y democráticas», a pesar de lo que describió como intentos por «parar el proceso electoral».