Tegucigalpa – Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), expresó su profunda preocupación por el deterioro de las conquistas laborales alcanzadas en las décadas de 1980 y 1990, afirmando que actualmente «ya no existe clase trabajadora organizada en el país».
En el contexto del Día Internacional del Trabajador, Maldonado recordó con nostalgia importantes logros históricos como el acceso al Seguro Social, la remuneración de horas extras, el establecimiento de un salario mínimo digno, los contratos colectivos y el respeto al Código del Trabajo, derechos que considera prácticamente olvidados en la actualidad.
«Eso ya no se da. Hemos perdido vigencia y dignidad como movimiento popular», manifestó el defensor de derechos humanos durante sus declaraciones.
El representante del Codeh criticó duramente la aparente desaparición de las principales centrales obreras que anteriormente lideraron la lucha por los derechos laborales en Honduras.
«¿Dónde está la CGT? ¿Dónde está la CTH? Fueron vanguardistas de los derechos laborales, y ahora ya no tienen presencia. Los gobiernos han venido debilitando poco a poco el movimiento obrero», cuestionó.
Maldonado señaló que, hasta días previos a la conmemoración del 1 de mayo, no se había realizado ninguna convocatoria desde la clase trabajadora organizada.
«Hasta que vino Manuel Zelaya Rosales a llamar a sus militantes de Libre a tomarse el espacio cívico del movimiento popular hondureño», añadió con evidente tono crítico, denunciando la politización partidista de las luchas sociales.
«Antes se buscaban las conquistas. Ahora, una cofradía de amigos se va al Parque Central a jugar naipe, y las verdaderas luchas solo quedan en los anales de la historia. Los dirigentes se volvieron políticos y perdimos al movimiento popular», lamentó.
Para finalizar, el presidente del Codeh advirtió sobre la desprotección que enfrenta actualmente el obrero hondureño debido a la falta de organización efectiva. «La Secretaría de Trabajo ya no defiende los derechos de los trabajadores, sino intereses políticos. Y la dirigencia obrera ha abandonado al trabajador persiguiendo sus propios intereses», concluyó.