Tegucigalpa – El sacerdote Sandro Aguilar no escatimó palabras para manifestar su desacuerdo con la iniciativa de imponer la lectura obligatoria del libro «Golpe 28-J» en los centros educativos de Honduras. La obra, escrita por el expresidente Manuel Zelaya Rosales y la actual funcionaria Rixi Moncada, narra los acontecimientos del 28 de junio de 2009 desde la perspectiva del oficialismo.
«Escuchando que este viejo loco del Estado se ha escrito un libro del Golpe de Estado, hoy lo quieren obligar que las escuelas tienen que leerse, ese está loco y es un enfermo mental», fueron las contundentes declaraciones del párroco, quien describió al exmandatario como «una persona enferma de poder».
Aguilar advirtió sobre las posibles represalias que podrían enfrentar maestros y centros educativos que se opusieran a la medida, como la pérdida del empleo. El religioso criticó la intromisión política en el ámbito educativo: «Cuando los políticos llegaron y se metieron en la educación destruyeron todo, cuando el político se mete en salud hace pedazo todo, y si permitimos que la política se meta en la iglesia la destruye».
La controversia surgió esta semana cuando el diario oficial La Gaceta publicó un decreto estableciendo la lectura obligatoria del libro en las escuelas. Sin embargo, tras las críticas generadas, la Secretaría de Educación rectificó su postura este sábado, aclarando que la lectura de «Golpe 28-J» no será obligatoria en los centros educativos del país.
Este episodio refleja las tensiones que continúan existiendo en torno a la interpretación de los acontecimientos de 2009, que siguen generando polarización en la sociedad hondureña y cuya narrativa oficial ha sido objeto de cuestionamientos desde diversos sectores.